024 – Miel
La miel, dorado elixir de la salud
La miel tiene cualidades
reconocidas y utilizadas por los seres humanos desde tiempos remotos, como
alimento y para endulzar, con un poder mayor al de la caña de azúcar.
Existen diversas
referencias históricas a esta sustancia. Además de las citas bíblicas, muchos
otros pueblos, como los antiguos egipcios o los griegos, por ejemplo, se
referían a la miel como un producto sagrado, llegando a servir como forma de
pagar los impuestos. En excavaciones egipcias con más de 2000 años fueron
encontradas muestras de miel perfectamente conservadas en vasijas ligeramente
tapadas que aún eran comestibles y solamente tenían que calentarla. También
existen registros prehistóricos en pinturas rupestres de la utilización de la miel.
Son conocidas diversas
variedades de miel que dependen de la flor utilizada como fuente de néctar y
del tipo de abeja que la produjo, pero como éstas la fabrican en cantidad cerca
de tres veces superior de lo que necesitan para sobrevivir, siempre fue posible,
primeramente, recogerse el exceso de ésta para el ser humano y más tarde
realizarse la domesticación de las abejas para el fin específico de obtener su
miel, técnica conocida como apicultura.
Podría considerársele el alimento perfecto, porque,
además de su delicioso sabor, la miel tiene propiedades no sólo nutricionales
sino medicinales.
Laboriosas como nadie, las abejas, además de
excelentes arquitectos, podrían considerarse los mejores y más sabios
alquimistas de la naturaleza. Al fin y al cabo, su invento, la miel, ha sido
utilizado como alimento en todas las épocas y culturas de la humanidad, y desde
siempre se han conocido sus cualidades nutritivas y medicinales.
Los griegos encontraron en ella propiedades antisépticas, calmantes, tonificantes, diuréticas y laxantes. Incluso en la cultura egipcia formaba parte de los elementos rituales utilizados para la momificación, además de que se le incluía entre los alimentos que el difunto llevaba para no pasar hambre durante su viaje hasta el más allá.
Los griegos encontraron en ella propiedades antisépticas, calmantes, tonificantes, diuréticas y laxantes. Incluso en la cultura egipcia formaba parte de los elementos rituales utilizados para la momificación, además de que se le incluía entre los alimentos que el difunto llevaba para no pasar hambre durante su viaje hasta el más allá.
La
miel se usa principalmente en la cocina y la pastelería, como acompañamiento
del pan o las tostadas (especialmente, en desayunos
y meriendas)
y como aditivo de diversas bebidas tales como el té.
Al ser rica en azúcares como la fructosa,
la miel es higroscópica (absorbe humedad del aire), por lo
que el añadir una pequeña cantidad a panes y pasteles hace que éstos endurezcan
más lentamente. La miel virgen también contiene enzimas que ayudan
a su digestión, así como diversas vitaminas
y antioxidantes.
Por esto suele recomendarse el consumo de la miel a temperaturas no superiores
a 60°C,
pues a mayor temperatura empieza a perder propiedades beneficiosas al
volatilizarse algunos de estos elementos.
Documental – National Geographic: https://www.youtube.com/watch?v=myP0FJTLHEU
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