Fotografía
029 – Dorothea Lange
Fiel testimonio de la Gran Depresión
Dorothea
Lange (Hoboken, 1895 - San Francisco, 1965), fotógrafa estadounidense, una de
las iniciadoras del documentalismo social. Tras estudiar fotografía en la
Universidad de Columbia, en la que tuvo como profesor a Clarence Hudson White,
inició su carrera como retratista de estudio. Con la crisis de 1929, su
compromiso cívico y social la impulsó a salir a las calles de San Francisco
para reflejar mediante sus fotografías la insostenible situación de los más
desfavorecidos.
Pronto
sus impactantes imágenes sobre las víctimas de la Gran Depresión llamaron la
atención del grupo de los fotosecesionistas y de la opinión pública en general,
lo que le valió ser llamada por el Gobierno como voz gráfica de la conciencia
americana. En 1935 la Farm Security Administration (FSA, Administración para la
Seguridad Agraria) la contrató, junto a otros fotógrafos, para documentar los
estragos que la gran recesión de los años treinta había causado en la América
rural.
Las
imágenes fueron reunidas en el libro An american exodus: a record of human
erosion (El éxodo americano: un documento sobre el deterioro humano,
1939, en colaboración con P.S. Taylor). Una de las fotografías más destacadas
de ese crudo reportaje fue Madre emigrante (Migrant Mother,
1936), retrato de Florence Owens Thompson y tres de sus hijos en el campo de
Nipomo (California), que quedó como expresivo icono de la íntima desesperación
y la infinita tristeza de miles de familias desamparadas.
Florence Owens, la tristeza de la Gran Depresión,
esta mujer se convirtió en el rostro que mejor expresaba el profundo drama
humano que supuso la Gran Depresión. La foto fue realizada por
Dorothea Lange en California, en 1936 y se conoce como "Madre migrante".
El testimonio de la fotógrafa nos relata las circunstancias en las que la hizo:
“Vi y me acerqué a la famélica y desesperada madre como atraída por un imán. No
recuerdo cómo expliqué mi presencia o mi cámara a ella, pero recuerdo que ella
no me hizo preguntas. No le pedí su nombre o su historia. Ella me dijo su edad,
que tenía 32 años. Me dijo que habían vivido de vegetales fríos de los
alrededores y pájaros que los niños mataban. Acababa de vender las llantas de
su coche para comprar alimentos. Ahí estaba sentada reposando en la tienda con
sus niños abrazados a ella y parecía saber que mi fotografía podría ayudarla y
entonces me ayudó. Había una cierta equidad en esto.”
Fotógrafa
del inmigrante, del pobre y del desplazado, Dorothea Lange recogió también en
su obra las impresionantes escenas de las detenciones de americanos de origen
japonés en los inicios de la guerra del Pacífico, y realizó trabajos para
varias revistas en América Latina, Asia y África.
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